PRINCESAS DE UN CUENTO INFINITO..

Siempre me ha sido más fácil relacionarme con las mujeres, creo que es debido a que crecí rodeado de ellas, tengo una mamá maravillosa y 3 estupendas hermanas, eso sin contar primas, amigas, amigas de amigas, compañeras de trabajo, etc. Creo que gran parte de esta cualidad de poder entablar una amistad con ellas es debido a que aprendí a escucharlas. El ser humano necesita ser escuchado, pero en especial las mujeres, y realmente no es que tengan un lenguaje especial o rebuscado como se dice por ahí, solo se requiere poner atención a que es lo que quieren decir.

Este fin de semana hubo una serie de acontecimientos donde el grito de las mujeres pide justicia por todos esos actos de violencia de género. En realidad no pienso escribir ni manifestar si estoy de acuerdo o no con las acciones que hayan hecho, pero este espacio hoy va dedicado a cada una de ellas, a cada mujer, madre, esposa, hija, amiga que ha sufrido algún tipo de injusticia por parte de los hombres, y no debemos ser escépticos; si en tu familia no ha sucedido, da gracias a Dios, pero piensa que si puede estar sucediendo en la casa de tu vecina con la que compartes los buenos días, o con una amiga con quien te vas a tomar un café.

Mi mamá siempre fue mi aguerrida contra las faltas de respeto hacia las mujeres y así nos enseñó a los 4 hijos, recuerdo muy bien una vez que íbamos regresando a SLP de un viaje mi mamá y yo, tuvimos que parar a detener y poner en su lugar a un cobarde que estaba maltratando a su novia. Pero es aquí donde uno se pregunta, ¿Dónde está la familia de esa niña? ¿Qué educación le dan a un patán como ese para atreverse a jalonear a la mujer que el eligió para estar juntos?…

Hoy les digo que estoy con ustedes, que mis brazos están para cargarlas, mis hombros para que lloren y se recarguen, mi cariño y admiración siempre las acompañara, no están solas y si aunque hay cobardes, machistas allá afuera que no comprenden que la delicadeza de la mujer es parte también de la fuerza que las caracteriza. Entiendo su furia, su enojo, su dolor y su tristeza, pero de verdad, NO ESTÁN SOLAS.

Tan solo RESPIREMOS juntos...



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